El "Repositorio Digital Nacional" (REDNMX) surgió inicialmente como una estrategia publicitaria para la empresa CallejoneadasZacatecas.com buscando crear un blog de artículos de interés sobre el estado de Zacatecas: historia local, cultura, tradiciones, que dirigiera la atención al servicio de los famosos recorridos turísticos de la capital.
Sin embargo, después de la primera redacción del artículo y bajo la inspiración de su impulsor, el Ing. Andrés De la Peña, sugiere a su cofundador, Ing L. Enrique Escobedo, que el proyecto evolucione hacia una iniciativa independiente con el objetivo de desarrollar una fuente de consulta académica, cultural e histórica, utilizando un diseño moderno e inmersivo que integre investigación editorial con archivos multimedia como entrevistas en video.
REDNMX busca diferenciar el repositorio de otras fuentes al hacerlo más accesible al público y permitir la propuesta de temas de interés por parte de la comunidad, aspirando a ser un referente constante de consulta con contenido bellamente diseñado.
La tarde que crucé el umbral de la Escuela Normal Manuel Ávila Camacho, llevaba en la mente un artículo sencillo sobre el traje típico zacatecano. Tres horas después, salí con grabaciones de dos maestros, fotografías de documentos que nadie había digitalizado y una revelación: México está perdiendo su memoria.
"¿De dónde vienes?", me preguntó el maestro encargado del Archivo Histórico, mirándome con esa mezcla de curiosidad y sospecha que reservamos para los extraños. "¿Eres periodista? ¿Cronista?". Mi respuesta —que venía de Callejoneadas Zacatecas, una empresa turística— provocó una carcajada. Pero esa risa se transformó en dos horas de historias sobre la Normal, relatos que ningún libro de texto menciona, memorias que viven únicamente en la cabeza de tres o cuatro personas en toda la ciudad.
Esa tarde, en una conversación con Enrique Escobedo, mi socio, la idea cristalizó: el Repositorio Digital Nacional no sería un blog más, ni una estrategia publicitaria disfrazada. Sería algo más ambicioso y necesario: un plataforma digital para un país que olvida que el diseño, crea mejores aprendizajes.

Zacatecas guarda sus secretos en lugares que nadie esperaría. En el cajón de un maestro, duermen fotografías de la ciudad con evidencias históricas. En la memoria de un maestro jubilado, están los nombres verdaderos de quienes diseñaron y crearo el baile representativo de Zacatecas, El Baile y Traje de Mexicapán, sí, fueron alumnos y maestros, personalidades que crearon lo que representaría a la ciudad años después. En carpetas amarillentas del archivo se encuentran documentos que nadie ha leído en décadas.
El problema no es nuevo. Cada día muere alguien que sabía hacer algo que nadie más sabe. Cada semana se demuele un inmueble con murales bajo el yeso. Cada mes desaparece un negocio sin que nadie documente su historia. La paradoja duele: vivimos en la era de la información infinita mientras nuestro patrimonio inmaterial se evapora.
Empecé haciendo callejoneadas, esos recorridos nocturnos tradicionales donde un grupo camina por el centro histórico entre música, baile y mezcal. Pero cada vez que un turista preguntaba algo específico —por qué esa calle se llama así, quién vivió en esa casa, qué significan esos símbolos en la cantera— nos dábamos cuenta de que las respuestas existían, pero estaban desperdigadas, inaccesibles simplemente muriendo.
El Repositorio Digital Nacional que imaginé, no se parece a los repositorios institucionales que abundan en internet: esos cementerios digitales donde los PDFs van a morir, interfaces hostiles diseñadas por y para burócratas. Nuestra visión es distinta: un organismo vivo donde convergen el rigor académico y la curiosidad popular.
La diferencia empieza en el lenguaje. Donde un repositorio tradicional escribiría "manifestaciones culturales intangibles del período postrevolucionario", preferimos "las tradiciones que nacieron después de la Revolución". Donde otros pondrían una fotografía borrosa de 72 dpi, insistimos en imágenes de alta resolución donde se puedan ver las arrugas en las manos del artesano, la textura del barro, el brillo específico de la plata zacatecana.
Pero quizá la innovación más radical sea la participación comunitaria. El repositorio no será un monólogo académico sino una conversación continua. Los usuarios podrán proponer temas, contribuir con historias familiares, corregir información. Es Wikipedia encontrándose con el Instituto Nacional de Antropología e Historia en un café de aesthetic del centro histórico.
La pregunta inevitable llega: ¿cómo se financia un sueño así? La cultura en México tiene una relación complicada con el dinero. Se espera que sea gratuita pero profesional, accesible pero sustentable, popular pero no populachera.
El modelo que proponemos es híbrido, casi esquizofrénico en su ambición. Por un lado, acceso gratuito al contenido básico: cualquier estudiante de secundaria en Río Grande podrá consultar la historia de su pueblo sin pagar un peso. Por otro, servicios premium para instituciones: universidades extranjeras pagando por acceso a archivos en ultra alta resolución, productoras cinematográficas licenciando imágenes para documentales, gobiernos municipales contratando digitalización de sus archivos históricos.
"Calculamos que con mantener a dos personas de tiempo completo, podemos generar contenido de calidad constantemente", explica Enrique, quien maneja los números con la precisión de quien ha sobrevivido en el ecosistema emprendedor mexicano. "No buscamos hacernos ricos. Buscamos no desaparecer".
Las alianzas institucionales serán clave. Ya hemos iniciado conversaciones con la Universidad Autónoma de Zacatecas, con el Archivo Histórico del Estado, con cronistas municipales. Cada institución tiene montañas de información pero pocas herramientas para difundirla. El repositorio sería el puente.
En nuestro estudio improvisado —una casa cerca del centro histórico que huele a calidez noble y café recalentado— reviso las primeras pruebas del repositorio.
Cada pieza está pensada para ser útil y bella. Útil para el investigador que necesita fuentes primarias. Bella para el curioso que navega sin rumbo fijo. Si National Geographic y la Enciclopedia Británica tuvieran un hijo mexicano, sería algo así —aunque la comparación no está tan alejada de nuestras ambiciones reales.
El diseño importa. En un mundo donde competimos por la atención con TikTok y Netflix, un repositorio cultural no puede darse el lujo de ser aburrido. Por eso cada artículo está pensado como una experiencia: texto que fluye, imágenes que sorprenden, videos que contextualizan, mapas que ubican, líneas de tiempo que conectan.
Hay una urgencia callada en el proyecto. México está en un momento de transición acelerada donde lo viejo desaparece antes de que lo nuevo termine de establecerse. Los abuelos que vivieron la Cristiada están muriendo. Los edificios del porfiriato se "modernizan" con aluminio y vidrio espejo. Las técnicas artesanales se simplifican para el turismo masivo.
Una colaboradora del proyecto me contó algo que me quedó grabado: "Mi abuela sabía hacer conservas de 47 formas distintas. Yo apenas sé hacer mermelada de fresa, y mis hijas ni eso. En dos generaciones perdimos 46 recetas. Multiplica eso por cada familia, cada oficio, cada pueblo".
El Repositorio Digital Nacional no pretende detener el tiempo —sería necio intentarlo— pero sí construir puentes entre lo que fuimos y lo que seremos. Es arqueología preventiva: documentar antes de que sea necesario excavar.
La primera fase del repositorio se enfocará en Zacatecas, aprovechando nuestras redes locales y el conocimiento del terreno. Pero el nombre no es accidental: la ambición es nacional. Imaginamos una red de colaboradores en cada estado, cronistas digitales armados con celulares y curiosidad, documentando sus esquinas del país.
La tecnología será aliada, no protagonista. Pero el corazón del proyecto sigue siendo humano: personas contando historias de personas.
"No queremos ser Wikipedia", aclara Andrés Delap. "Wikipedia es una enciclopedia. Nosotros queremos ser más como una sobremesa infinita donde cada quien cuenta lo que sabe, pero con la certeza de que alguien verificó los datos".
![Zacatecas] - Mexico - Photographs, Manuscripts, and Imprints - SMU ...](https://cdn.prod.website-files.com/68eb22126872cae46b067917/68f6e40f57dad51c31a0aa8d_default.jpeg)
Hay algo quijotesco en dos emprendedores zacatecanos decidiendo crear el repositorio cultural definitivo de México. Pero así han comenzado todas las instituciones que ahora damos por sentadas. Alguien, algún día, decide que vale la pena intentarlo.
En las calles de Zacatecas, entre las canteras rosas y los callejones que inspiraron este proyecto, el pasado y el futuro mantienen una conversación constante. Los turistas toman selfies donde los revolucionarios planearon batallas. Los niños juegan futbol donde antes hubo conventos. Los estudiantes consultan ChatGPT en la misma biblioteca donde se guardaron los primeros libros de la Nueva Galicia.
El Repositorio Digital Nacional quiere ser parte de esa conversación. Un espacio donde el dato duro convive con la anécdota sabrosa, donde la fotografía profesional dialoga con el documento histórico, donde cada clic es un acto de resistencia contra el olvido.
Al final, no estamos salvando el pasado. Estamos construyendo el futuro con mejores cimientos. Porque un pueblo que no sabe de dónde viene, difícilmente sabe a dónde va. Y México merece saber ambas cosas.
El servidor ya está corriendo. Los primeros archivos se están subiendo. En algún lugar de Zacatecas, una historia espera ser contada, fotografiada, preservada. El repositorio está listo. La memoria, también.
El Repositorio Digital Nacional comenzó su fase beta en octubre de 2025. Aquellos interesados en colaborar, sugerir temas o compartir historias pueden contactarnos directamente. Porque esta historia, como todas las que vale la pena contar, apenas comienza.

La misión del REDN puede resumirse en tres ejes:
Estos tres pilares permiten que el Repositorio se diferencie: no sólo compilación de documentos, sino una experiencia de consulta. Una analogía: no es simplemente una biblioteca digital más; es un espacio vivo, donde los usuarios pueden navegar, sugerir, conectar.
El REDN utiliza múltiples formatos para cumplir su misión:
El público objetivo incluye:
El camino del RDN no está exento de obstáculos, y reconocerlos es clave para la ejecución. Algunos retos y cómo el sistema “explorar – eliminar – ejecutar” los puede atender:
Las posibilidades son amplias: vinculación con archivos estatales o nacionales, colaboraciones con museos, creación de rutas de aprendizaje digital, integración de mapas interactivos. Al mismo tiempo, debe mantenerse la promesa de accesibilidad y diseño de calidad.
La visión que tienen Andrés De la Peña y Enrique Escobedo es que el REDN se convierta en “un referente de consulta” para el estado de Zacatecas, tanto en México como en el exterior. Un espacio donde no únicamente se consuma contenido, sino donde se genere conversación, propuestas, colaboración. Un repositorio que sea bello visualmente y funcional intelectualmente.
Para alcanzarlo, se requiere: